Condolencias

Querida abuela, siempre se me quedarán cortas las palabras para agradecerte todo lo que has hecho por mí desde el día de mi nacimiento. Para mí siempre has sido mi segunda mamá y mi abuela, que jamás olvidaré y siempre estará en mi corazón. Los kilómetros siempre han separado cuerpos, nunca corazones y los nuestros siempre van a estar unidos, ni la muerte los separará. Gracias por criarme de la mejor manera posible, por acompañarme en mis momentos de enseñanza, por ser mi mamá y mi papá en el tiempo que lo necesité a pesar de que yo no era consciente de ello a día de hoy es algo que jamás se me borrará de mi cabeza. En el día de hoy solo deseo que descanses en paz, que me cuides mucho desde allá donde tu estés y que seas muy feliz, serás la estrella que más brillará en el cielo, estoy segura. Mi corazón es tuyo abuela, siempre lo será, gracias por heredarme tanta fuerza tanta valentía pero sobre todo gracias por ayudarme a mí y a mi mamá a llegar hasta donde estamos, sino fuera por el tata y por ti, no sé qué sería de nosotras. Me quedo muy triste y con un duelo muy difícil de pasar, pero también me quedo con tu última sonrisa de la última llamada y con todo el amor que me has podido aportar. Abuela, jamás te recordaré porque nunca te olvidaré. Siempre me quedaré con tu frase “siempre miraremos a la misma luna” Te amo weli, gracias por hacerlo todo más fácil. Descansa en paz, y vuela muy alto.